El “Despertar Espiritual” se ha vuelto una palabra común. Pero, ¿sabemos realmente de qué se trata?
No es un estado permanente de paz ni una lista de cosas por cumplir. Es un movimiento interno que te lleva a cuestionarlo todo. A sentir de nuevo. A mirar tu vida con una honestidad brutal.
EL DESPERTAR ESPIRITUAL no siempre se siente bonito.
A veces, es doloroso.A veces, es solitario.
Pero también es el inicio de algo profundamente auténtico.
Es darte cuenta de que no puedes seguir actuando desde el automático.
Que lo que antes te servía, ya no te hace sentido.
Y que dentro de ti hay una parte que empieza a hablar más fuerte que el miedo.
Ese es el despertar.
No tiene forma, no tiene fecha.
Pero cuando llega, lo sabes. Porque ya no puedes hacerte el ciego.
Si estás en ese punto, quiero decirte esto:
No estás solo.
No estás equivocándote.
Estás despertando.
Y ese es un acto de valentía.
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